Hoy se cumplen diez años de la muerte del sociólogo Pierre Bourdieu (1930-2002).
Desde hace semanas, se su suceden en Francia los homenajes y especiales dedicados a la figura de Pierre Bourdieu dentro y fuera de la academia, sin demasiado eco en España (salvo por los actos localizados organizados por el CBA).
Se podrían decir mil cosas sobre él y su trabajo, pero me limitaré decir cuatro cosillas, quizá no demasiado originales, pero que no está de más recordar -al menos con las que yo me quedo-, intentando evitar la alternativa simple entre la pura alabanza ritual (“Vida y obra de San Pedro”) y el rechazo frontal, así como la lista de aciertos y críticas ritualizadas -que se nos enseñan en la universidad antes incluso de haber leído una página suya-. De hecho, quizá sea inútil escribir esto puesto que creo sinceramente que el mejor homenaje a Bourdieu es dejarse de debates escolásticos y poner a prueba las herramientas que nos dejó en nuestras investigaciones y día a día.
1. Un sociólogo todoterreno. Si algo define a Bourdieu es ese impulso de hacer sociología de todo, de cualquier fenómeno, del más ínfimo gesto de la interacción cotidiana a los más vastos espacios de relaciones macrosociales. Y ello hasta puntos quizá patológicos, si se piensa, por ejemplo, en la descripción que hace del trabajo de campo que precedió a La Distinción (el placer de seguir a personas desconocidas en la calle imaginando sus vidas, de escuchar las conversaciones en los bares, cafeterías, etc.; ver su Autoanálisis de un sociólogo, 2004). Basta con echar un ojo a su bibliografía para sorprenderse no sólo de la cantidad de trabajos que produjo, sino de la diversidad de ámbitos y fenómenos que estudió, rechazando la estrechez de miras impuesta por la especialización en subdisciplinas (desde la crisis y transformaciones de la sociedad tradicional en Cabilia y en su Bearn natal hasta la génesis y estructuras del campo artístico, pasando por el sistema educativo, el campo religioso, el gusto y las jerarquías culturales, las estructuras de la economía y el mercado de la vivienda, la televisión y el periodismo, el lenguaje, la política o el Estado). Si se puede ver este hecho como una actitud “imperialista” o como la ambición excesiva del “sociólogo total” (a no confundir con el “todólogo” que desde luego no era), su Autonálisis y algunos testimonios parecen relacionarlo con su pasión por la investigación, con el placer casi obsesivo de explorar nuevos campos y objetos, y con la necesidad que sentía de decir aquello que creía que tenía que decir, de desvelar los complejos mecanismos en los que los demás parecían no fijarse, pero también de defender en el campo intelectual -al fin y al cabo un espacio de luchas y de competición- una concepción de la sociología y del quehacer sociológico que creía minoritaria (una sociología crítica y “científica” -crítica porque científica-, independizada de la “madre” filosofía, y opuesta tanto a los grandes discursos vacíos como al empirismo sin ambición teórica; una sociología del “desvelamiento”, basada a la vez en un trabajo sistemático de producción teórica e investigación empírica; el proyecto de El oficio de sociólogo, 1968) a la que acompañaba además una intención -más o menos ingenua y criticable- de “unificar la sociología” (a lo que Passeron opondría más tarde, siguiendo a Weber, el pluralismo metodológico irreductible de las ciencias sociales; El razonamiento sociológico, 1991) y de hacer que la sociología dejara de ser una “ciencia paria”.
2. Un investigador metódico y sistemático, inventivo y reflexivo. Como Wright Mills, Bourdieu defendió siempre una investigación que no separara las teorías de los métodos, las consideraciones epistemológicas de las metodológicas y técnicas (incluso las tareas más minúsculas como “picar” datos, codificar variables, etc., le parecían de primera importancia y tan portadoras de presupuestos implícitos como la más “alta” elaboración teórica; recordemos la desconfianza a la que llamaban en El oficio de sociólogo a la “falsa neutralidad de las técnicas”). Además de defender una investigación guiada teóricamente pero siempre empíricamente fundada (movilizaba materiales empíricos hasta en sus obras más teóricas, como El sentido práctico), Bourdieu no se dejó encorsetar en ningún procedimiento ni protocolo fijo de investigación (tristemente, en la práctica los sociólogos adaptan -reducen- la metodología de investigación a lo que saben hacer, más que a lo que les interesa estudiar; a sus parcelarios conocimientos en técnicas de investigación más que a su objeto), combinando técnicas, inventando e innovando cuando lo consideró oportuno para responder a sus problemas concretos de investigación (piénsese en su adopción, epistemológicamente razonada, del análisis de correspondencias , que contribuyó a popularizar en sociología -aunque su uso siga siendo limitado-, frente a lo que llegó a llamar la “falacia multivariable” -regresión- en La Reproducción; o en la imaginación que le llevó a analizar los comentarios que los profesores de la Ecole Normale Supérieure hacían a sus alumnos en sus evaluaciones, las cartas de recomendación o las necrológicas de antiguos alumnos de la escuela para estudiar “Las categorías del entendimiento profesoral” -trabajo realizado con Monique de Saint-Martin). No sólo no resignó a la aplicación mecánica y protocolaria de técnicas a sus objetos, sino que además se exigió y practicó en sus investigaciones una continua reflexividad (entendida como la “objetivación del sujeto de la objetivación”, es decir, el análisis del propio investigador investigando), que entendía como parte integrante e imprescindible del proceso investigador.
3. “Nombre propio de una empresa colectiva”, según la expresión de François de Singly. Bourdieu fue en parte pionero en los años 60 y 70 de una forma colectiva de organizar el trabajo de investigación, atrayendo a su alrededor a un grupo de colaboradores y estudiantes en el Centro de Sociología Europea (J.-C. Passeron, R. Castel, J.-C. Chamboredon, L. Boltanski, Y. Delsaut, M. de Saint-Martin, etc.). Un grupo del que se veía él mismo como “director de orquesta” -profesión que en algún momento pensó ejercer-, en una relación a la vez jerárquica (en cuanto a división del trabajo, efecto de edad y dominación carismática), pero distendida y cercana con sus colaboradores (con frecuencia presentes en sus investigaciones, pero ocultos en las publicaciones bajo su firma), y que con los años se vería obligado a recomponerse (en particular, con la salida de los miembros más antiguos en los 70, en busca de su propio camino). El trabajo en grupo se dotó además de una revista propia que dura hasta nuestros días (Actes de la recherche en sciences sociales, fundada en 1975) y que sirvió de plataforma para publicar trabajos en curso (a Bourdieu le molestaba mucho esta idea de que deben publicarse sólo textos “acabados” una vez por todas, textos sobre los que nunca se volverá, en lugar de textos provisionales sujetos siempre a revisión; de hecho, varias de sus obras se gestaron en las páginas de la revista primero a base de pequeños artículos). Más allá de la justicia o injusticia con sus colaboradores, sus puntos de cercanía o de choque -por otro lado inevitables en cualquier trabajo en grupo-, lo que me interesa resaltar es el carácter necesariamente colectivo de su trabajo de investigación y la increíble productividad -en términos de conocimiento, y sin mitificar lo grupal por lo grupal- que puede llegar a tener un grupo de investigación integrado, con una solidaridad interna y una cierta concepción común de su trabajo.
4. Un pensamiento actual. Todo lo que he dicho hasta ahora me parece suficiente muestra de la actualidad del trabajo de Bourdieu para el oficio de sociólogo y las ciencias sociales en general (como muestra su importación en el ámbito de la sociolingüística, la ciencia política, la historia cultural o la economía crítica). Pero lo es también sin duda por la gran “caja de herramientas” que deja a cualquiera que quiera analizar la sociedad en la que vive, válidas no sólo en el ámbito de las ciencias sociales o de la academia, sino en una multiplicidad de ámbitos de la práctica, y en particular en los movimientos sociales: “Si el sociólogo tienen un papel, éste consiste más bien en dar armas que en dar lecciones”. Especialmente de actualidad, creo yo, aunque no se les haga mucho caso, están su crítica de la representación política (lo que llamaba el “misterio del ministerio“) y de la desposesión ciudadana frente a los profesionales de la política, su crítica del neoliberalismo (algunos de los comentaristas de la radio France Culture no dudaban esta semana en llamarle un “indignado” -“Si el mundo me es soportable es porque puedo indignarme”, dijo una vez-, o en presentar los vaticinios de su época más militante sobre la extensión del neoliberalismo -que le hicieron ganarse el descrédito de muchos- como algo realizado hoy en día), o su análisis del papel político de los intelectuales (más favorable, como Foucault, al “intelectual específico” que al “intelectual total” que para él personificaba Sartre, o al “profeta”), temas todos ellos que merecerían una revisión más detenida. En este sentido, su actualidad reside no ya tanto, o no sólo, en la vigencia o no de sus tesis y sus obras, sino en la capacidad de las armas que nos deja para comprender nuestra realidad -que deberán seguir poniéndose a prueba, desarrollándose, modificándose o desechándose-, para mirar de otra manera, y, siguiendo lo que llamó un “utopismo realista” -atento siempre a las condiciones sociales de posibilidad del cambio-, buscar las formas de transformarla.
Novedad: Cursos sobre el Estado
Coincidiendo con el aniversario, el 5 de enero se publicaron en francés como obra póstuma los cursos que Bourdieu impartió sobre el Estado en su cátedra del Collège de France entre 1989 y 1992, reunidos y editados bajo la dirección de Patrick Champagne, Rémi Lenoir, Franck Poupeau y Marie-Christine Rivière:
Como anticipo, se pueden leer dos fragmentos en francés en Le monde diplomatique, o en castellano aquí: “Cómo se forma la opinión pública“, “Las dos caras del Estado“.
Links sobre Bourdieu en castellano:
Exposición “Pierre Bourdieu. Imágenes de Argelia“. Madrid, Círculo de Bellas Artes, Sala Goya, hasta el 15 de enero de 2012. Se acompañó del congreso El oficio del sociólogo. El legado de Pierre Bourdieu, los días 12, 13 y 14 de diciembre de 2011, en el que participaron Lahourai Addi, Aïssa Kadri, Luis Enrique Alonso, Ildefonso Marqués Perales, Enrique Martín Criado, José Luis Moreno Pestaña y Mario Domínguez.
El intelectual agitador. Entrevista a Pierre Bourdieu en la revista Ajoblanco, 1999.
Conferencia de Rémi Lenoir: “Pierre Bourdieu 10 años después: legitimidad cultural y estratificación social”. Seminario Permanente Cultura y Representaciones Sociales de la UNAM, 21/10/2011.
Pierre Bourdieu: una cronología (pp. 13-29). Completísima cronología de la vida y trabajos del sociólogo, incluida en el capítulo de presentación de Pierre Bourdieu: las herramientas del sociólogo, editado por Luis Enrique Alonso, Enrique Martín Criado y José Luis Moreno Pestaña, Madrid, Fundamentos, 2004.
Entradas sobre Bourdieu en el blog Sociología Contemporánea con abundante información y material.
Pequeño vocabulario bourdieuano. Recopilación de citas del autor, ilustrando sus conceptos principales.
En francés:
Pierre Bourdieu. Un hommage. Blog dedicado a la figura del sociólogo y que reúne innumerables referencias bibliográficas (por temas, por autores), vídeos y materiales de interés, eventos, etc.
Penser l’Etat avec Pierre Bourdieu. Jornada internacional alrededor de la publicación de los cursos de Bourdieu sobre el Estado, organizada por el Centro de Sociología Europea (CSE-CESSP). 23 de enero de 2010, Collège de France, París (donde espero estar cuando se publique esta entrada).
Bourdieu et le politique. Seminario del laboratorio Sophiapol de la Universidad Paris Ouest – Nanterre – La Défense, organizado por Philippe Combessie, Stéphane Dufoix, Christian Laval y Christian Lazzeri. Diciembre 2011 – mayo 2012.
Pierre Bourdieu (1930-1992), en el programa de radio Une vie, une oeuvre de Mathieu Garrigou-Lagrange. France Culture. Con intervenciones de Robert Castel, Luc Boltanski, Philippe Coulangeon, Gisèle Sapiro, Annick Coupé, Thomas Ferenczi, André Miquel y Tassadit Yacine. 7 de enero de 2012. 60 min.
La notion d’habitus chez Pierre Bourdieu. Entrevista a Nathalie Heinich, discípula de Bourdieu y socióloga del arte, sobre la noción dehabitus en el programa Le Nouveaux chemins de la connaissance de Adèle Van Reeth. 13 de enero de 2012. 59 min.
Les cours sur l’Etat de Pierre Bourdieu. Especial del programa La suite dans les idées, de Sylvain Bourmeau, en France Culture, con la participación de Pierre Encrevé, linguista e historiador del arte, amigo de Bourdieu. 21 de enero de 2012. 30 min.
Pierre Bourdieu décrypteur du réel. Semana dedicada a Bourdieu en el programa Hors-champs de Laure Adler. Con la participación de Roger Chartier, Luc Boltanski, Didier Eribon, Nathalie Heinich y Bernard Lahire.
Fragmentos de entrevistas a Bourdieu (1988, 1990, 1992). Archives INA. France Culture. 3 min 35.
Bourdieu, cours toujours. Especial del diario Libération dedicado al sociólogo.
Homme-Moderne. Textos, entrevistas y material dedicado al autor.
Lexique bourdieusien. Diccionario de los términos empleados por Bourdieu a través de citas de sus textos.
(Gracias a Sociología Contemporánea y a Pierre Bourdieu. Un hommage por la mayor parte de los links y la información)