4S-ESOCITE – El Congreso está en marcha!
Congreso conjunto de la Sociedad Latinoamericana de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (ESOCITE) y Society for Social Studies of Science (4S)
Del 20 al 23 de Agosto de 2014,
en Buenos Aires, Argentina
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El Congreso conjunto ESOCITE/4S de 2014 tendrá lugar en Buenos Aires, Argentina. El tema general es “Ciencia en contexto: Sur y Norte”, que brinda la oportunidad para académicos CTS de encontrarse con colegas (y tradiciones de investigación) de otras partes del mundo, dando lugar a diálogos e intercambios.
El tema general es “Ciencia en contexto: Sur y Norte”, que brinda la oportunidad para académicos CTS de encontrarse con colegas (y tradiciones de investigación) de otras partes del mundo, dando lugar a diálogos e intercambios.
Los estudios sociales sobre ciencia, tecnología, y sociedad (CTS) “tratan de cómo los valores sociales, políticos, y culturales, afectan a la investigación científica y a la innovación tecnológica, y de cómo éstas, al mismo tiempo, afectan a la sociedad, a la política y a la cultura
En las regiones de habla hispana, este tipo de inquietudes y de reflexiones han llegado con el nombre común de estudios de/sobre Ciencia, Tecnología, y Sociedad (lo que abreviaremos por CTS), lo que en las regiones de habla inglesa se conoce como Science and Technology Studies (Estudios de Ciencia y Tecnología) o Studies, Science, and Society, con los acrónimos STS o SSS. El campo de STS está relacionado con la historia y la filosofía de la ciencia, aunque con un énfasis mucho mayor en los aspectos sociales de la ciencia y la tecnología.
Celebrada conjuntamente con ESOCITE, los objetivos son :
- Fortalecer los vínculos de la comunidad de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología en latinoamerica y otras regiones.
- Extender y fortalecer las investigaciones en estos campos, estimulando el desarrollo de una perspectiva crítica basada en la promoción de los colectivos y actores de la región.
- Estimular la formación de posgrado (especialización, maestría y doctorado) en los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, conformando vínculos estables entre los diversos programas e instituciones.
- Desarrollar y promover la educación CTS en los diferentes niveles de enseñanza, así como en la formación de docentes en este campo.
- Apoyar y fortalecer las publicaciones académicas y de divulgación sobre los estudios sociales de la ciencia y la tecnología en América Latina.
- Establecer vínculos estables de colaboración con sociedades similares de otras regiones (como 4S, EASST, SLHCyT,ALTEC), así como con sociedades latinoamericanas que representan a otros campos disciplinarios o de interés.
- Dar visibilidad a los trabajos desarrollados desde Latinoamérica, y difundir las actividades realizadas por los miembros de la Sociedad, con el mayor alcance posible.
- Generar propuestas que puedan influir sobre la orientación y los contenidos de las políticas públicas en Ciencia y Tecnología de los países de la región.
ESOCITE organiza un Congreso cada dos años, con sedes rotativas en los diversos países de la Región. Estos Congresos son un espacio amplio de encuentro, presentación de trabajos, organización de debates, y está abierto, además de los profesores, investigadores y estudiantes latinoamericanos, a especialistas de otras regiones, estimulando el intercambio de experiencias, reflexiones e ideas.
Una introducción sobre STS en América Latina
Buenos Aires en la encrucijada del STS – Parte I
4S yendo al sur por primera vez en su historia es, sobre todo, una oportunidad para que sus miembros se acoplen con una larga, rica, y fructífera tradición de los Estudios de la Ciencia y Tecnología en América Latina. En este mensaje, y siguiendo un relato histórico propuesto por Kreimer et al[1], me gustaría poder dar una breve reseña de los inicios de esta tradición, que arbitrariamente se podría situar en la década de los ‘60. Con el fin de organizar esta historia, podríamos decir que el comienzo de STS en Latinoamérica gira en torno a tres acciones en las que participaron los académicos:
- hacer visible a los científicos locales y sus contextos;
- criticar los modelos lineales de innovación, y
- reconocer las limitaciones de las principales teorías sociales de la ciencia.
Al igual que en otros lugares, los orígenes del campo pueden ser considerados como un continuo de intervenciones individuales (e institucionales) para transformar la realidad, una convicción que muchos —en la ciencia y fuera de ella— parecen haber compartido ese momento.
Hacer visible la ciencia latinoamericana requiere académicos (la mayoría de ellos historiadores) para resaltar la vida y obra de los científicos locales prominentes (como Oswaldo Cruz en Brasil y Bernardo Houssay en la Argentina), enfocándose en su talento y visión. Otros estudian el contexto institucional y las condiciones sociales de la ciencia para el desarrollo, produciendo una perspectiva externalista que fue complementada por los estudiosos, como José Babini en Argentina y Eli de Gortari en México, que estudió disciplinas y dio a luz a un enfoque internalista de la ciencia y la tecnología . Ambas perspectivas se basaron en los marcos teóricos propuestos en los países centrales.
Al mismo tiempo , algunos ingenieros y científicos dedicados a criticar el modelo lineal de innovación e introducir un nuevo vocabulario para abordar el rol de la ciencia y la tecnología en el área. Lo que ahora se conoce como Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Sociedad (PLACTS)[2], —Escuela Latinoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad— explorado temas tales como “proyectos nacionales”, “políticas implícitas y explícitas ‘,’ estilos tecnológicos” y “paquetes tecnológicos”, entre otros, con los que trataban de describir cómo la ciencia y la tecnología se habían desarrollado en América Latina. Amílcar Herrera, Jorge Sábato y Oscar Varsavsky (Argentina), José Leite Lopes (Brasil), Miguel Wionczek (México), Francisco Sagasti (Perú), Máximo Halty Carrere (Uruguay), y Marcel Roche (Venezuela) son sólo algunos de los estudiosos de esta escuela de pensamiento, que estaba más interesado en los hechos que en el mundo académico. Debido a eso, muchos de ellos jugaron un papel clave en el desarrollo de los sistemas nacionales de investigación en sus países.
Finalmente, los enfoques sociológicos y antropológicos de la ciencia y la tecnología, influenciados por la sociología estructural-funcionalista, apenas fueron desarrollados en la región, tal vez debido a las críticas recibidas por esta escuela como conservadora. En un contexto de condiciones políticas inestables en el que las ciencias sociales estaban más centrados en el conflicto y el Marxismo se convirtió en la teoría dominante de entender la vida social, Edmundo Fuenzalida (Chile), Simon Schwartzman (Brasil), y Marcel Roche (Venezuela) hicieron importantes contribuciones a la STS centrándose en el desarrollo (y limitaciones) de las comunidades científicas nacionales.
Entre 1960 y 1980, estas intervenciones individuales no necesariamente se traduce en el diseño institucional[3]. Desde 1980, sin embargo, el campo de la STS de América Latina se ha ampliado y fortalecido, pero esto será parte de nuestros próximos mensajes.
10 enero 2014 – 4S
Buenos Aires en la encrucijada del STS – Parte II
Desde 1980, el panorama de la STS en América Latina ha cambiado. Un proceso de academización del campo tuvo lugar vis-à-vis una participación cada vez mayor de estudiosos de CTS en la planificación gubernamental y de formulación de políticas. Dotado de teorías y métodos (por lo general procedentes de Europa y Estados Unidos), los académicos estaban más preocupados por el análisis empírico riguroso que dejó de lado enfoques más ensayistas que habían caracterizado la etapa anterior. Como consecuencia, “el interés estructural (…) que había fundado el campo a nivel regional e internacional, fue desplazado por lo micro-institucional y las cuestiones tecnocráticas”[4].
Estos microanálisis de la ciencia (con un enfoque en las instituciones, grupos de investigación, o incluso teorías) es paralela a un creciente interés en una historia social de la ciencia, y a la crítica a las perspectivas internalistas anteriores. Además, los estudios externalistas de tecnología comenzaron a desarrollarse, sobre todo en el Centro Interunidade de História da Ciência (CHC), en la Universidad de São Paulo. Curiosamente, estos análisis permitieron a estudiosos latinoamericanos reconocer la importante limitación de las teorías recibidas del Norte. “Por un lado, los temas previamente aceptados fueron revisados desde diferentes perspectivas (…). Por otro, algunos —si bien pocos— trabajos críticos fueron escritos con el fin de cuestionar la competencia de los nuevos conceptos relativistas como mecanismos explicativos de las dinámicas locales[5]. En cierto modo, estos estudios han contribuido a extender la tradición de apropiación crítica del conocimiento extranjero que se había iniciado en las décadas anteriores en el marco de la escuela del Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Sociedad. En consecuencia, la reflexión acerca de la condición periférica de la ciencia y la tecnología en América Latina continuó durante esta etapa (con contribuciones relevantes de estudiosos como Hebe Vessuri, Renato Dagnino, Hernán Thomas, Pablo Kreimer, Marco Cueto, Leonardo Vaccarezza, y Pablo Zabala), junto con otros temas más orientados a las políticas, como a la innovación tecnológica (Judith Sutz, Rodrigo Arocena, Rosalba Casas y Jorge Charum), y las políticas en materia de ciencia, tecnología y educación superior (Mario Albornoz, Enrique Oteiza).
A diferencia de la fase anterior, el desarrollo institucional se vuelven fundamentales en ésta. Vinculados a programas de postgrado en STS, la mayoría de la investigación en el campo se ha producido en el Departamento de Política Científica y Tecnológica (UNICAMP, Brasil), Departamento de História da Ciência (FIOCRUZ, Brasil), Departamento de Estudios de la Ciencia (IVIC, Venezuela), Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (Universidad de Quilmes, Argentina),Instituto de Investigaciones Sociales (UNAM, México) , y la Universidad Autónoma del Estado de México, así como la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco (México), Universidad de Buenos Aires (Argentina), Universidade Federal do Rio de Janeiro (Brasil), con énfasis en su Programa de História das Ciências e das Técnicas e Epistemologia; El Grupo de Investigación NECSO – CNPq / Núcleo de Estudos de Ciências – Tecnologias – Sociedade (Brasil); Centro de Estudios Peruanos (Perú), Universidad de La Habana (Cuba) y la Universidad Nacional (Colombia). Sin un vínculo con los programas de posgrado, en estas instituciones también se han llevado a cabo investigaciones en STS: Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República (Uruguay), Centro Interunidade de História da Ciência (Universidade de São Paulo, Brasil), Casa de Oswaldo Cruz (Brasil), el Centro de Investigación para el Desarrollo Económico y Tecnológico de la Universidad Autónoma de Chihuahua (México), el Grupo de História e Teoria da Ciência en la Universidade Estadual de Campinas, la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y de la Tecnología, la División de Historia de la Ciencia en la Academia Colombiana de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales, entre otras.
Los estudiosos de estas instituciones se dedicaron también a la creación de espacios para la interacción. Como consecuencia de ello, algunas sociedades profesionales (como Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología – ESOCITE – y Asociación Latino-Iberoamericana de Gestión Tecnológica) han organizado periódicamente conferencias desde mediados de la década de 1990. Otras instituciones importantes, como la UNESCO, la Unión Internacional de Filosofía de la Ciencia, la Asociación de Estudios Latinoamericanos de la Organización de Estados Iberoamericanos y el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología (CYTED) también organizan eventos académicos de la región, dando lugar a las contribuciones de larga data, como la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana / Interamericana (RICYT), la Red de Investigación CTS+I y elManual Latinoamericano de Indicadores de Innovación Tecnológica (Manual de Latinoamérica de Indicadores de Innovación Tecnológica), conocido como el Manual de Bogotá.
Las publicaciones también han hecho posible que los investigadores puedan interactuar, aunque el panorama de las revistas es complejo, ya que sólo unas pocas publicaciones han sido capaces de aparecer regularmente. Estas son Quipu (México), orientada a la historia de la ciencia; Interciencias y Espacios (Venezuela), enfocada en la gestión de la ciencia y la tecnología y, en menor medida, en los estudios sociales de la ciencia y la tecnología; Redes-Revista de Estudios Sociales de la Ciencia(Argentina), orientado a todas las áreas de STS y en especial a la sociología de la ciencia. Ocasionalmente, los artículos sobre los temas CTS se encuentran en Ciencia y Desarrollo (México); Ciencia, Tecnología y Desarrollo (Colombia); Colombia Ciencia y Tecnología (Colombia), la revista institucional de la Universidad INCCA (Colombia); Comercio Exterior (México) y, desde hace poco, CTS-Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad (Argentina), que ha sido patrocinada por la Universidad de Salamanca (España), la Organización de Estados Iberoamericanos y la ONG Grupo de Redes (Argentina).
Con el cambio del siglo, STS en América Latina fue institucionalizado y más o menos integrados a los debates del campo a nivel internacional. Los programas de posgrado, la movilidad de estudiantes y académicos, y la participación de los académicos STS en el proceso de formulación de políticas, fueron factores determinantes para fortalecer la presencia de la ciencia y la tecnología en el dominio público. Sin embargo, aún quedan algunos retos para las nuevas generaciones de estudiosos. Como Vaccarezza ha señalado, “Los esfuerzos de investigación y teorías sistemáticas fueron aislados y han tenido un bajo impacto: ya sea en la sociedad en su conjunto, en las políticas públicas, en los grupos de profesionales vinculados a la gestión de la tecnología, en la comunidad científica”[6]. Así que la tensión entre los grupos con altas pretensiones académicas, tanto a nivel teórico y metodológico y grupos involucrados en criticar el desarrollo de la ciencia y la tecnología a través de intervenciones fuera del ámbito académico parece ser una característica definitoria del campo en el comienzo del siglo 21. Pero vamos a reflexionar más sobre este tema en nuestro próximo mensaje.
17 febrero 2014 –
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Traducción : Horacio Alperin – GatheringNotas
[1] . Kreimer, P. Thomas, H., Rossini, P. and Lalouf, A. (eds) Producción y uso social de conocimientos. Estudios de sociología de la ciencia y la tecnología en América Latina, Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes Editorial.
[2] . Para mayor información, ver http://www.oei.es/revistactsi/numero4/escuelalatinoamericana.htm
[3] . Más acerca de esta fase de STS en América Latina, ver Vessuri (1993) http://sss.sagepub.com/content/17/3/519.abstract)
[4] . Kreimer, P. Thomas, H., Rossini, P. and Lalouf, A. (eds) 2004 Producción y uso social de conocimientos. Estudios de sociología de la ciencia y la tecnología en América Latina, Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes Editorial, p. 44.
[5] . Kreimer et al, op. cit., p. 48.
[6] . Vaccarezza, L. 2004 ‘El campo CTS en América Latina y el uso social de su producción’, CTS Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad, 2(1): 211-218, p. 215.