Javier de Rivera ha sido uno de los participantes de la mesa redonda: Cómo afectan las redes sociales a nuestras relaciones personales realizada por Portal Programas. Nos pusimos en contacto con él porque pensamos que era necesario que un sociólogo se incorporara al proyecto ya que sus conocimientos nos servirían de mucha ayuda para entender el fenómeno de las redes sociales, que no deja de ser un movimiento de masas.
Javier de Rivera es sociólogo, licenciado en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Actualmente está preparando la tesis doctoral sobre los procesos de configuración de la Sociedad Digital, las redes sociales, la socialización tecnológica y los usos sociopolíticos de las tecnologías digitales. Miembro de CIBERSOMOSAGUAS, grupo de investigación de Cultura digital y los Movimientos sociales de la UCM y del Equipo editoral de TEKNOKULTURA, revista asociada al grupo.
Seguidamente os exponemos las preguntas que le realizamos, que relacionan la sociología con nuestra mesa redonda: Cómo afectan las redes sociales a nuestras relaciones personales.
En uno de tus articulos hemos leido “…la incorporación de nuevas tecnologías representa en cierto sentido una mutación de la naturaleza humana…”. Concretamente y centrándonos en lo que nos concierne, ¿Qué cosas del ser humano han mutado a partir de la creación de las redes sociales?
En esa frase con “nuevas tecnologías” me refiero en realidad a todas las tecnologías, que forman parte del propio concepto de lo que es un ser humano. A saber, en antropología evolutiva se relaciona el pulgar abatible con la capacidad de utilizar herramientas y eso a su vez con la creación de lenguajes simbólicos y la aparición de la cultura. Es decir, que tecnología y cultura son elementos (o un sólo elemento con dos caras) que forman parte de lo que entendemos por ser humano. Cuando hablamos de nuevas tecnologías nos referimos más concretamente a todas las derivadas de la digitalización de la información, que representa un salto cualitativo en la forma en que organizamos el lenguaje, la comunicación y la cultura. Y por lo tanto, ese paso ha representado la aparición de una nueva dimensión de lo que podríamos llamar nuestra forma de ser, pensar y vivir en sociedad.
Las redes sociales trasladan las relaciones y la conversación social al espacio digital, en cierto sentido podemos decir que digitalizan la vida social. El efecto de esto es potenciar una forma diferente de relacionarnos, que nos individualiza, permitiéndonos gestionar de forma autónoma y gerencial nuestras relaciones: pensamos cómo queremos aparecer, nos construimos una imagen personal, nos “hacemos dueños” de nuestra vida social, etc. Estas son un poco las promesas de la participación en redes sociales, aunque no siempre se cumplan de manera apropiada.
Así que por un lado ofrecen oportunidades y se convierten en una forma de facilitar el contacto, pero por otro lado tienen el efecto como de desnatar un poco las relaciones, y puede hacer más difícil construir relaciones o vínculos fuertes, del estilo de “los amigos de toda la vida”. Aunque para poder afirmar esto con certeza, debemos esperar aún un tiempo. Y en términos más sociales, potencian otras formas de socialidad y estimulan la expresión y mostración de uno mismo. Una especie de exhibicionismo que va en línea con la cultura del espectáculo, popularizando el famoseo y llevándolo hasta la vida cotidiana de todas las personas. De manera que las páginas de sociedad de los periódicos antiguos dieron paso a la revista HOLA, y éste a los programas del corazón en televisión y de ahí a los reality shows, etc… Las redes sociales son una forma de llevar ese mostrarse a los demás en espacios cercanos, cotidianos… popularizando esa tendencias. Me gusta la expresión de que sitios como Facebook te invitan a ser algo así como “un famoso en miniatura”. Debemos tener cuidado con esta necesidad de buscar aprobación social a través de la exhibición de nuestra vida personal.
Hoy en día todo el mundo puede mostrar lo que hace ante un público bastante extenso gracias a las redes sociales. Aún así, ¿Crees que el hecho de que ahora tengamos más información y contacto con los demás favorece o desfavorece nuestras relaciones personales?
Puede favorecer la vida social mucho, y también puede hacerla más superficial. Supongo que depende mucho de la persona, de su forma de ser, de sus valores y necesidades, su seguridad en sí misma, etc. En general, por el momento dudo que las redes sociales estén ayudando a construir relaciones sólidas, de esas a prueba de todo, pero bien usadas pueden alegrarnos bastante la vida, mejorar la autoestima, etc. ¿Qué es lo que realmente nos importa tener en nuestra vida social? Es algo que tenemos que plantearnos antes de buscar amigos sin más.
El año pasado hubo más de un movimiento social que utilizó constantemente las redes sociales para darse a conocer, como el caso de la Primavera Árabe o el movimiento 15M. ¿Crees que gracias a las redes sociales la sociedad tiene más poder e influencia?
Si, por supuesto. El aumento de información y de capacidades de comunicación y de organización potencian con mucho los movimientos sociales. De hecho, se habla de “inteligencias colectivas”, “movimientos espontáneos” y “movilizaciones en enjambre”, términos que creo que son bastante apropiados y coherentes con las cosas que están pasando por medio de las redes sociales, y en concreto por Twitter que es realmente el medio (red de información, más que red social) estrella para la difusión rápida de noticias y surgimiento de corrientes de opinión. En muchas ocasiones Twitter marca la agenda mediática.
Por otra parte, también debemos tener en cuenta que este uso masivo de las redes sociales facilita el control y la monitorización de activistas por parte de los gobiernos. Algo que en principio no deberíamos temer viviendo en un estado de derecho, pero que puede tornarse en efectos muy negativos de cambiar la situación política. Dicen que el riesgo se mide teniendo en cuenta la probabilidad de que pase algo negativo, por la gravedad de que suceda; en este caso, la gravedad serían muy elevada.
No solo los movimientos sociales utilizan las redes sino que hasta los propios políticos se están haciendo perfiles en redes como Facebook o Twitter. ¿Consideras que es un avance el hecho de que podamos tener contacto directo con los políticos gracias a las redes sociales?
Creo que sí, porque eso les hace más permeables a las opiniones de la gente y permite un diálogo más directo. Muchas veces ellos mismos llevan sus cuentas de Twitter o Facebook, por lo que es posible que lean realmente lo que una persona cualquiera les escribe.
En general, creo que esta hipercomunicación entre personas facilita el entendimiento y hace que se moderen las posiciones… a pesar de los flames, los trolls y los intercambios de insultos, creo que en el fondo ganan las ganas de entenderse, aunque sea por poco. No hay peor persona con la que discutir que la que no escucha, y las redes sociales hacen que para los políticos sea más difícil no escuchar.
A parte de los políticos, hay otras personalidades como cantantes o actores conectados a las redes sociales. ¿Cómo influye en las personas poder tener este contacto cercano con sus artistas favoritos?
Por una parte, Twitter nos da la impresión de que todos somos iguales: una cuenta es una cuenta. Aunque por otro lado, no es lo mismo tener miles de followers que sólo 100, así que se crea una especie de jerarquía por el número de followers.
Las redes sociales aparecieron y rápidamente se hicieron muy populares. ¿Cuales fueron los factores o causas que crearon la aparición de las redes sociales?
Aparecieron alrededor de 2004-2005, pero empezaron su evolución exponencial a partir de 2007 en el caso de Facebook y de 2009 en el de Twitter. Sin duda, la financiación recibida por estas plataformas ha sido su principal motor de éxito, además de que estuvieran bien pensadas y desarrolladas.
En el caso de Twitter, la publicidad de su relevancia en las movilizaciones sociales ha sido una de las claves del éxito o popularización. Es algo que empezó en 2009 cuando se atribuyó una revuelta en Iran como la primera Revolución Twitter, a pesar de que no hubieran razones objetivas para afirmar tal cosa. En Túnez y en Egipto ha pasado lo mismo con Facebook, que ha aprovechado la oportunidad para presentarse como una tecnologías liberadora. Cada vez que se habla de estas redes en la televisión o los periódicos se potencia su utilización y se apoya su éxito.
Supongo que el secreto de su éxito se podría resumir como: un buen producto que casa con las necesidades y deseos de gran parte de la población, cada vez más cercana a las nuevas tecnologías; más una financiación muy importante que permite lanzar la aplicación a nivel global (recordemos que Facebook apenas ha empezado a ingresar dinero hace poco); y un refuerzo mediático por parte de gobiernos occidentales (que apoyan la difusión de estas redes), de medios de comunicación (que ven en ellas una fuente básica de contenidos), y de marcas comerciales (para las que las redes sociales son un canal ideal para llegar a la gente).
Me gustaría terminar enfatizando la importancia de educar a adolescentes, jóvenes y adultos en la comprensión de las tecnologías digitales. Normalmente entendemos la alfabetización digital como un proceso de “aprender a usar” las nuevas tecnologías, pero es necesario ir más allá para no ser sólo usuarios, sino gente capaz de pensar críticamente sobre sus usos, aplicaciones y efectos, así como de participar en la programación de nuevas aplicaciones. Las tecnologías digitales son ahora la base sobre la que se sustenta la construcción de nuestra sociedad, y si queremos mantener las bases democráticas de la misma, tenemos que potenciar el aprendizaje en este campo… de igual modo que hace años era importante que la gente supiera leer, ahora hace falta que aprendan a entender cómo funcionan los programas que usan. La ciudadanía digital precisa de esta alfabetización, sin la cual los ciudadanos del futuro serán tan sólo usuarios a los que se pueda manipular fácilmente por medio de tecnologías que no entienden.