El ciclo conservador en Europa parece estar próximo a su fin. Fermín Bouza (Santiago de Compostela, 1946), catedrático de Sociología de la Universidad Complutense, da por seguro que Francia abrirá la brecha de una Europa gobernada por la izquierda que relajará la actual política de austeridad impuesta por Angela Merkel. Bouza intervino hace unos días en la Semana Galega de Filosofía en A Coruña.
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-‘Alemania está utilizando la economía como arma de guerra’, sostiene usted.
-Es así, aunque dé miedo. Siempre fue una potencia económica y necesita mercados para sus productos. Alemania siempre tuvo la tentación de ocupar Europa y ahora vuelve a necesitar el espacio físico y comercial europeo para su mercado. En la II Guerra Mundial, lo expresó echando los tanques a la calle y, ahora, manejando los mercados y todo el tinglado que hay detrás de las inversiones financieras para que castiguen a los países que no hacen los ajustes.
-¿Un hipotético gobierno socialdemócrata en Francia, ahora, y el próximo año en Alemania, supondría un cambio radical?
-Los socialistas, que eran históricamente muy moderados, ahora que, poco a poco, van a volver a gobernar en Europa, tendrán que ser más radicales porque si no la gente no volverá a mirarle a la cara. Hay una desafección tan grande, sobre todo con la izquierda… La izquierda ha sido tan extraordinariamente prudente que nunca ha podido hacer sus políticas, pero ya no puede ser así y, por tanto, Hollande tendrá que hacer una política verdaderamente de izquierda.
-¿Eso qué significa?
-Supone volver a la tranquilidad en los pagos de la deuda y a relajar la postura sobre el déficit. Toda la vida hubo déficit y se fue pagando y se gestionó la deuda, no es un problema nuevo; las prisas de ahora son de los alemanes. ¿Por qué tienen esa urgencia y transforman un problema endémico, y que los economistas consideran normal, en algo patológico y van a por los países que no cumplen con urgencia sus deudas? Los alemanes saben que si presionan a los países periféricos, saltan, como ha saltado Grecia. Alemania usa esa presión como arma de guerra: lo hizo con el PSOE en el poder y lo hace ahora con el PP. No es un problema estrictamente político, es un problema alemán.
-¿Eso no pasaría con un triunfo de la SPD?
-El SPD alemán lleva mucho tiempo diciendo que no se puede apretar así el mercado económico y que gestionaría el déficit de otra manera. Tenemos un problema no solo con los conservadores alemanes sino con Angela Merkel, una señora que creció en la antigua Alemania del Este y que está acostumbrada al ordeno y mando en una sociedad con una organización muy vertical.
-Mientras, en Europa florecen los partidos de ultraderecha.
-En España, tenemos la ventaja, o el inconveniente, de que la extrema derecha está emboscada en el PP y la va controlando, pero no es así en Francia, por ejemplo, aunque el partido de Le Pen no será al final determinante.
-¿Este tipo de partidos de extrema derecha, a veces antisistema, son un serio riesgo?
-Se ve venir, y sobre todo se ve, en la debilidad de la derecha para contener a los suyos. No se atreve a controlarlos y pone por delante intereses que son muy peligrosos en situaciones de crisis como esta. No hay una crítica seria a estos movimientos, y el propio PP ha tenido dentro, en Cataluña, movimientos racistas que enseguida encuentran simpatías en partes de la población.
-¿Es una época propicia?
-Es una época idónea. Estados Unidos está encima, no le gusta el modelo europeo de autoritarismo, le parece excesivamente teatral y cuando quiere hacer políticas muy duras las hace, pero ya conocemos a los norteamericanos y nos hemos acostumbrado a convivir con ellos. Pero el fascismo o el nazismo otra vez sería terrible. No quiero creerlo, aunque hay algún síntoma, y la gran señal la dio el noruego que mató a noventa personas.
-¿Cree que España será rescatada por Europa?
-Tiene razón Felipe González, si hay que rescatar a España, también habrá que rescatar a Francia, y los demás países vendrían a continuación, con lo cual el euro caería y desaparecería Europa. El rescate español, además, resultaría muy caro y las arcas europeas están que crujen. Bruselas intentará parar el rescate, y también parar a Merkel. Tengo la esperanza de que dentro de poco más de un mes esté Hollande en el poder y los socialistas sean después mayoría en el Parlamento francés. Luego vendrán las elecciones alemanas y por ahí empezará la solución. Y España, después de esos cambios, tendrá que homologarse irremediablemente con el resto de Europa en todo: tendrá que seguir funcionando el Estado del bienestar, por mucho que quiera liquidarlo ahora el Gobierno del PP, y deberá actualizar la presión fiscal, que es mucho más baja que la europea, y eso nos permitiría normalizar nuestra economía.