Para estudiar el cambio religioso de la sociedad española en los últimos 35 años, siguiendo a Miguel Requena (2008: 319-343), resulta conveniente descomponer el fenómeno en tres niveles de análisis complementarios.
Primero, la tesis de la secularización (TS), que intenta explicar que cuanta más modernización experimenta una sociedad, menos influencia tiene la esfera religiosa en ésta. La TS ha sido hasta ahora el paradigma dominante para el análisis sociológico de los cambios religiosos en las sociedades modernas. Aunque, como todo paradigma, tiene sus críticos, la TS goza de un consenso amplio en el campo teórico de la sociología. Es más, en los países del sur de Europa cobra incluso más relevancia, ya que, en casos como España, la religión ha tenido en anteriores décadas un papel social, cultural y político relevante. Existe una hipótesis básica sobre lo que predice la TS: «cuanto mayor sea la homogeneidad religiosa y más alto el estatus político de la religión institucional antes de que comience el proceso de modernización social, económica y política, mayor será también el grado de desvinculación religiosa de los individuos cuando avance la secularización» (Op. cit.). Existen tres niveles analíticos de de la tesis de la secularización: el macronivel: la secularización societal; el nivel meso: organizaciones seculares y religiosas; y el micronivel: la secularización individual (Dobbelaere, 2008).
Segundo, las particularidades del proceso de secularización en la sociedad española que pueden agruparse en dos dimensiones básicas: por un lado, el declive de la Iglesia católica en su capacidad para definir valores morales, así como la pérdida de influencia política; por otro lado, el decaimiento de la religiosidad de los españoles. En esta última dimensión, lo que ha ocurrido no es que en España se haya producido una comunidad masivamente atea o agnóstica; más bien, lo que ha ocurrido es que ha descendido la práctica de la religión católica, es decir, el número de católicos practicantes ha descendido, mientras ha aumentado en los que se consideran católicos pero no practicantes. Este fenómeno tiene como consecuencia una forma de religiosidad difusa, que es lo que Requena denomina como «catolicismo nominal», esto es, aunque se autodefine como católico, conserva una identidad religiosa difusa. En esta dimensión ―como veremos más adelante― la asistencia dominical a misa resulta un indicador idóneo para medir la práctica religiosa, en este caso, la católica.
Tercero, la determinación de los efectos que se han producido a partir del cambio de la práctica religiosa de los españoles en las últimas décadas. Efectos que podemos descomponer principalmente en cuatro tipologías: estructurales, de composición, de periodo, y de encuesta (ver Gráfico 1).
Gráfico 1. Distintos efectos sobre la caída de la práctica religiosa de los españoles en el periodo 1975-2002
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Fuente: REQUENA, Miguel. (2008). “Religión y sociedad: la secularización de la sociedad española” en: Tres décadas de cambio social en España. Coordinado por Juan Jesús González y Miguel Requena (Eds.). Alianza Editorial. p. 337.
- Efectos estructurales: se refieren al cambio en el tiempo del impacto de aquellos factores (edad, sexo, nivel de estudios, tipo de hábitat, etc.) que afectan al fenómeno del cambio religioso. Si el efecto de estos factores cambia en el tiempo, también lo hará la intensidad del cambio religioso. De los postulados de la TS se extrae que en los estratos sociales más modernizados se espera encontrar una tasa de secularización más elevada, ya que encontraremos en ellos una mayor resistencia a la religión eclesial como orientadora en sus formas de vida y valores adquiridos en un espacio sociocultural cambiante (CORNWALL, 1989). Según numerosos estudios de religión en España, los factores estructurales más relevantes del fenómeno del cambio religioso son la edad y el sexo. El nivel educativo y el hábitat presentan relaciones más complejas y se ha demostrado que no tienen tanta incidencia como la edad y el nivel educativo (Requena 2008). Sobre el factor edad, parece evidente, como nos dice Requena, que las generaciones más jóvenes, al haberse socializado en un entorno cada vez más moderno, presentan tasas de secularización más altas y un nivel de religiosidad más bajo que las generaciones anteriores.
- Efectos de composición: son los que se derivan de un cambio en la composición demográfica que posee diversos factores intervinientes en el cambio religioso. Los cambios en la composición de la población, si el resto de las condiciones permanece constante, hará que dichos factores impliquen un cambio en la magnitud agregada del cambio religioso, independientemente de otros factores no demográficos. En los últimos 35 años la población española ha cambiado su composición notablemente: la edad media ha aumentado (envejecimiento demográfico), el nivel de formación ha crecido, y la población se concentra ahora en núcleos residenciales de mayor tamaño y densidad. Los resultados del análisis empírico (Requena, 2005) han demostrado que los efectos de composición tienen escasa importancia en la reducción de la práctica religiosa. Los únicos dignos de mención (y como negativos para la práctica religiosa aunque de forma débil en sus efectos) son el nivel de estudios y el hábitat.
- Efectos de periodo: son los que alteran la difusión del cambio religioso en toda la población de forma uniforme. Este tipo de efectos afecta a toda la población por igual, independientemente de los efectos estructurales y los de composición. Requena recurre a la estrategia de estimar la probabilidad de ser católico practicante en cada año, en comparación con la de 1975 y a igualdad del resto de las variables independientes. En los resultados de este análisis (Requena, 2005) se puede observar que el cambio de mayor intensidad se produjo entre los años 1975 y 1980 (ver Gráfico 2, más abajo). Son los años de la transición política donde el efecto de periodo representa el punto de inflexión más notable. Entre 1980 y 1982 el efecto de periodo continúa siendo importante, pero menor con respecto al quinquenio anterior. Desde 1992 hasta nuestros días, el efecto periodo se ha ido reduciendo hasta ser casi inapreciable.
- Efectos de encuesta: son los que proceden de las medidas heterogéneas aplicadas para estudiar el fenómeno del cambio religioso.
Estudiamos a continuación cuáles han sido los cambios de religiosidad en la población española en las tres últimas décadas y media, cómo han cambiado las autodefiniciones y las prácticas religiosas en la dimensión individual de la secularización en España. Después, tomando uno de los factores de los efectos estructurales más relevante, la edad, veremos qué cambios han experimentados los jóvenes españoles en su religiosidad en comparación con el conjunto de la población en general, y expondremos las principales conclusiones del Informe Jóvenes españoles 2010 (GONZÁLEZ-ANLEO, 2010) en su apartado 3: Las creencias religiosas de los jóvenes.
Cambio de la religiosidad de los españoles
Dentro del marco teórico de la tesis de la secularización, situándonos en el nivel micro, es decir, la secularización individual (Dobbelaere, 2008), analizamos el cambio de religiosidad de los españoles en los últimos 37 años. El Gráfico 2 refleja de manera muy intuitiva la evolución de la religiosidad de los españoles desde el año 1975 hasta el 2012[1]
Es evidente que desde 1975 hasta nuestros días se ha producido un importante declive del catolicismo practicante a la misma vez que se ha producido un aumento en los católicos no practicantes y la aparición de una masa de la población no religiosa cada vez más visible (indiferentes, agnósticos, no creyentes, ateos).
Gráfico 2. Cambio en la religiosidad de los españoles, 1975-2012.
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Fuente: Banco de Datos del CIS. Gráfico de elaboración propia.
La caída de los católicos practicantes (los que acuden a oficios religiosos con frecuencia, algunas veces o más) se ha reducido considerablemente, pasando de casi un 60% en 1975 a poco más de un 23% en 2012. Entre el decenio que va desde la mitad de los años sesenta a la mitad de los años 70, así como la segunda mitad de los años 90, fueron dos periodos de intensa caída en la práctica religiosa católica. Entre 2004 y 2006 hay una ligera recuperación, pero a partir del 2006 el descenso de los católicos practicantes vuelve a ser constante.
Por el contrario, los que se consideran católicos no practicantes, se puede observar cómo ha seguido una tendencia inversa a la de los practicantes, habiendo pasado desde el 35% en 1975 hasta el 50% en 2012. La mayor tendencia de aumento se da en el periodo que va desde 1975 hasta 1990. Hacia 1995 para luego experimentar un gran ascenso en 1998. Tras este año se mantiene más o menos estable hasta el 2004, descendiendo sensiblemente hasta 2008 para, después, seguir aumentando hasta el 2012 y mantener más o menos su cota más alta, el 50%.
Más significativo resulta el notable aumento de los no religiosos (indiferentes, agnósticos, no creyentes, ateos), pues ha llegado en el 2012 al mismo porcentaje de los que se consideran católicos practicantes, un 23%. Esta tendencia tiene dos periodos de notable ascenso: el primero, el que va desde 1992 hasta 1995; y el segundo, desde 2002 hasta 2008.
Respecto a los que se manifiestan creyentes de otras religiones, si bien es verdad que siguen siendo una gran minoría en todo el periodo estudiado, desde 1975 hasta el 2012, la cifra de creyentes en otras religiones se ha multiplicado por 4, pasando de 0,3% en 1975 a 1,3 en 2012.
Los datos del Gráfico 2 ponen de manifiesto que en nuestros días existe una situación religiosa muy distinta a la de hace 37 años. Se ha producido un claro descenso de las formas religiosas más comprometidas con la Iglesia. Por tanto, podemos decir que ―en el nivel individual de la secularización― la Iglesia ha perdido influencia en la definición de valores y orientaciones morales de los españoles.
Según Requena (2008), este acusado descenso de la práctica religiosa concuerda con tres fenómenos. En primer lugar, y a partir de diversos estudios de opinión, son muy escasos los españoles que mantienen alguna creencia religiosa propias del catolicismo, como el cielo, la otra vida, el pecado, el infierno, el diablo. Esto pone de manifiesto una creciente distancia entre la doctrina de la Iglesia y su potencial feligresía. En segundo lugar, cada vez son menos los españoles que piensas que en la Iglesia católica pueden encontrar respuestas a sus necesidades espirituales, a sus problemas morales o a las dificultades de sus trayectorias vitales (divorcios, aborto, métodos anticonceptivos, matrimonio homosexual). En tercer lugar, el distanciamiento de la doctrina y el magisterio de la Iglesia ha aumentado no sólo entre los no creyentes, sino también entre los propios católicos. «La conciencia religiosa de los católicos españoles se ha hecho moderna en estos últimos años».
Podríamos decir con Díaz-Salazar (1993) que lo que se ha producido es un cambio desde una «religión total» hacia una «religiosidad desinstitucionalizada»; o resumir con González-Anleo (1999) el cambio religioso en España como la mayor «emigración espiritual» que se ha producido a lo largo de nuestra historia y que ha tenido lugar en el último tercio del siglo XX. El destino de esa «emigración espiritual» ha sido una forma difusa de religiosidad, lo que Miguel Requena denomina «catolicismo nominal»:
El catolicismo nominal mantiene una identidad religiosa débil, se desentiende de las formas tradicionales de devoción, no se compromete con los rituales, se ha vuelto muy flexible desde el punto de vista dogmático y, en consecuencia, es moralmente muy permisivo. […] El catolicismo nominal desconfía de la Iglesia católica. Asimismo, tiende a rechazar algunos dogmas teológicos con la misma facilidad con la que acepta otros, pero, sobre todo, considera el papel de las orientaciones eclesiales residual en muchas áreas decisivas tanto de la vida personal como de la existencia social.
(Requena, 2008: 333)
Con lo que los datos ponen de manifiesto, podemos concluir que se ha producido en España un gran proceso de secularización en las últimas tres décadas y media. Ha tenido lugar un gran declive de la práctica religiosa: por cada cinco católicos practicantes en 1975 (58,3%), hay dos (23,4%) en el 2012. El declive está estrechamente relacionado con los elementos estructurales que promueven una desafiliación religiosa y lleva a la Iglesia a perder influencia sobre las personas cuyas posiciones sociales están más expuestas a la modernización. La secularización de la sociedad española ha supuesto un proceso gradual y continuo de transformación sociocultural influido por los factores estructurales “sexo” y “edad”; y, sobre todo, el resultado de la modernización social, política y cultural, que ha pasado desde una sociedad bastante homogénea en lo religioso en la que la Iglesia católica gozaba del apoyo estatal, a una sociedad más heterogénea donde la adhesión al catolicismo se presenta vaga y pasiva, existe una tendencia en aumento a subjetivar lo religioso o a rechazarlo. En nuestros días, el número de personas que se consideran no religiosos es igual que el de los que se consideran católicos practicantes, un 23%. En suma, los españoles son hoy menos religiosos que antes.
Religiosidad de los jóvenes españoles
De los factores asociados a la edad de los efectos estructurales vistos anteriormente, podemos esperar que las generaciones más jóvenes, por haber ido viviendo en un entorno sociocultural cada vez más moderno, tengan tasas más altas de secularización y un índice de religiosidad menor que el resto de las generaciones de más edad.
Gráfico 3. Cambio en la religiosidad de los jóvenes españoles, 1975-2010.
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Fuente: Fundación Santa María. Gráfico de elaboración propia.
Fuente: Fundación Santa María. Gráfico de elaboración propia.
El Gráfico 3 pone de manifiesto lo anterior (compárese con el Gráfico 2)[2]. El porcentaje de jóvenes españoles, entre 15 y 24 años, que se consideraban católicos practicantes en 2010 es de un 7% comparado con el 24,6% del conjunto de la población española en 2010. Además, desde 1975 se ve un claro descenso de los jóvenes católicos practicantes, que han pasado de casi un 20% a un 7% en 2010, es decir, han descendido en más de la mitad, un 65% con respecto a 1975.
En el caso de los jóvenes que se consideran católicos no practicantes, aunque en el Gráfico 3 podemos observar que ha experimentado algunas tendencias diferentes en la serie 1975-2010 comparado con el Gráfico 1, en el año 2010 presenta un índice muy similar al del conjunto de la población, cerca del 50%.
El porcentaje de jóvenes que se declaran no religiosos es del 42% en 2010, es decir, algo menos del doble que el conjunto de la población no religiosa (22,5%) en el mismo año. Es interesante señalar la gran tendencia de aumento que hubo entre los años 1994 y 2005.
Respecto a los jóvenes que se consideran de otras religiones no católicas, la tendencia es muy similar a la que presenta el conjunto de la población en general, pero conviene mencionar ―ya que en los gráficos no es muy apreciable― que el porcentaje de los jóvenes es algo mayor, no más del doble, que en el conjunto de la población. No obstante, es evidente que no se puede hablar de un pluralismo de religiones en el caso de España ya que, tanto en el conjunto de los jóvenes, como en el conjunto general de la población española, los porcentajes de la serie de los que se declaran confesos de otras religiones son muy bajos, apenas han superado el 2% en algún año de la serie.
Finalmente, llama la atención mucho el cambio de tendencia que han experimentado los jóvenes católicos no practicantes, aumentando del 39% al 47% entre los años 2005 y 2010, a la misma vez que los jóvenes no religiosos han descendido en ese periodo del 46% al 42%. Sería muy útil disponer de los datos de la religiosidad de los jóvenes en los dos últimos años para ver si la tendencia sigue en aumento. Esto podría indicar, quizás, que el proceso de secularización en los jóvenes deja de tener efecto en el año 2005, y a partir de ahí habría que explicar por qué se produce ese cambio de tendencia. Veamos, pues, si en el Apartado 3: Las creencias religiosas de los jóvenes del Informe Jóvenes españoles 2010 de la Fundación SM (GONZÁLEZ-ANLEO, 2010) podemos encontrar alguna pista.
Resumen del Informe Jóvenes españoles 2010 de la Fundación SM
Las creencias religiosas de los jóvenes (Maite Valls)
La religión sigue ocupando uno de los últimos lugares en una escala de valoración de las cosas más importantes para los jóvenes. Sólo el 22% de los jóvenes la considera muy y bastante importante. Un 44% de jóvenes dice pensar igual que sus padres respecto al tema religioso, mientras que un 50% piensa distinto, aunque en diferentes grados.
Algo más de la mitad de los jóvenes españoles de 15 a 24 años (53’5%) se define como católico. Un 2% es creyente de otra religión y el resto (42%) se define como no religioso. Se definen como indiferentes al hecho religioso el 16% de los jóvenes, el 9% como agnósticos y el 17% como ateos.
Excepto para la creencia en Dios (en 2010 el 53% de los jóvenes españoles dice creer en Dios), no pasa de treinta el porcentaje de jóvenes que acepta el resto de creencias relacionadas con la religión cristiana, ni la creencia en la reencarnación.
Para el 35% de jóvenes Dios no existe. Un 32% de los jóvenes argumenta que es un invento de la Iglesia y los curas, un 31% que es una superstición como otra cualquiera y un 24% apela a la existencia del mal en el mundo. En cuarto lugar (casi un 16%) aparece el argumento de tener cosas más importantes en las que pensar y en último lugar (12%) aparece el motivo “los científicos dicen hoy que Dios no existe”.
La primera exigencia para ser una persona religiosa, según los jóvenes, es la creencia en Dios, seguido de ser una persona honrada y prestar ayuda a los necesitados. En cuarto lugar aparece el rezar.
También un alto porcentaje de jóvenes considera esperable en una persona religiosa casarse por su Iglesia (67%), preguntarse por el sentido de la vida (62%) y seguir las normas que dice su Iglesia (59%). Más lejos quedan no tomar drogas (53%), no aceptar el aborto y la eutanasia (50%) y, por último, no mantener relaciones sexuales completas hasta formar una pareja para casarse (casi un 38%).
Los datos no apuntan a una gran influencia de la religión en la vida personal de los jóvenes y parece que en los últimos años los jóvenes se han vuelto más crédulos respecto a los métodos pararreligiosos.
La práctica religiosa
En cuanto a las prácticas religiosas, casi un 62% de los jóvenes españoles afirma no asistir nunca o prácticamente nunca a la iglesia. Sólo un 7% cumple con el precepto dominical de ir a misa, un 5% acude a la iglesia una vez al mes y un menor número de jóvenes, un 2%, acude más de una vez a la semana. El porcentaje de jóvenes que dicen no rezar nunca es de casi el 60%.
Un 69% de los jóvenes que se consideran católicos o creyentes de otra religión opina hoy que se puede vivir la fe individualmente. Una mayoría de jóvenes considera que la religión es un asunto privado que debe vivirse privadamente, el 50%, frente a un 30% que opina que es una cuestión privada que puede o debe tener una proyección pública.
Actitudes y opiniones sobre la Iglesia
La Iglesia es una institución poco valorada. Ocupa el último lugar aunque mejora respecto a los datos de Jóvenes españoles 2005. Sólo un 3% de los jóvenes considera que en la Iglesia se dicen cosas importantes en cuanto a ideas e interpretaciones del mundo.
Con respecto a la identificación de los jóvenes con la Iglesia, un 20% de los jóvenes dice estar más bien de acuerdo con las directrices de la jerarquía eclesial. Casi un 32% afirma ser miembro de la Iglesia y piensa seguir siéndolo y un 53% está de acuerdo con que se puede ser parte de la Iglesia sin tener que seguir todas sus directrices. Además, un 53% está de acuerdo en que sin la Iglesia se puede creer en Dios.
Con respecto a sus opiniones sobre la Iglesia, cabe destacar que:
- Un 40% de los jóvenes afirma que sus normas ayudan a los hombres a vivir más moralmente.
- Casi el 45% está de acuerdo con que la Iglesia ofrece al hombre un Hogar espiritual y sinceramente religioso.
- La opinión que genera mayor grado de acuerdo es la que se refiere a la riqueza de la Iglesia, el 76% considera que la Iglesia es demasiado rica.
- El 64% de jóvenes opina que la Iglesia se mete demasiado en política.
- Un 75% de jóvenes considera que la Iglesia tiene una postura anticuada en lo referente a la vida sexual de la gente.
- El 63% considera que la Iglesia se mete demasiado en la vida personal de la gente diciéndole cómo tiene que vivir su vida.
- El 58% considera que la Iglesia (con sus directrices) dificulta disfrutar de la vida.
- El 56% opina que la Iglesia tiene mucho peso en la sociedad española de hoy y un porcentaje menor, el 34%, piensa que tendrá mucho peso en la sociedad española del futuro.
No parece que la opinión negativa que los jóvenes tienen de la Iglesia como institución venga dada por las experiencias que han vivido en la Iglesia cercana. Sólo un 10% de los jóvenes dice guardar un recuerdo negativo o muy negativo de sus experiencias con la Iglesia cercana (parroquia, colegio, relación con un cura o religioso, convivencias, peregrinaciones…). Un 10% dice no haber tenido experiencias con la Iglesia cercana. Un 32% dice guardar un recuerdo positivo o muy positivo de las mismas. El 44% se muestra indiferente a las vivencias que ha tenido relacionadas con la Iglesia.
La asistencia a clase de religión ha descendido ligeramente respecto del 2005, pero no podemos afirmar que la valoración sea peor. En 2010, ha aumentado el número de jóvenes que dice no asistir a clase de religión: casi el 14% frente al 10% del 2005. La opinión claramente positiva (“me ha servido de mucho”) ha mejorado, sin embargo, ligeramente: este año la sostiene el 11%, frente al 9% del 2005. Desciende el porcentaje que afirma que le ha servido, pero no con tanto convencimiento (me ha servido de algo): un 22% frente al 27% del 2005. Baja en casi un punto el porcentaje que dice que no le ha servido para nada.
Finalmente, casi un 93% de los jóvenes afirma que se no se ha planteado nunca la posibilidad de la vida religiosa. No llega al 1% el porcentaje de jóvenes que piensa a menudo en ello, y casi el 5% dice habérselo planteado alguna vez.
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ANEXO 1.
Metodología del estudio del cambio de religiosidad de los españoles 1975-2012
Ficha técnica:
Fuente utilizada
Banco de Datos del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas): www.cis.es
- Serie “Religiosidad del entrevistado I”- May.1978-Abr.1994
- Serie “Religiosidad del entrevistado II”- Oct.1994-Dic.1997
- Serie “Religiosidad del entrevistado VII”- Sep.1998-Mar.2012
- Estudio 2584 – BARÓMETRO DICIEMBRE 2004: EXPECTATIVAS 2005
- Estudio 2666 – BARÓMETRO DICIEMBRE 2006
- Estudio 2752 – RELIGIOSIDAD (2008)
- Estudio 2856 – BARÓMETRO DICIEMBRE 2010
- Estudio 2935 – BARÓMETRO MARZO 2012
Periodo de Estudio
1975 a2012[3]
Población estudiada:
Población española de ambos sexos de 18 años o más.
Técnica
Técnica cuantitativa que obtiene datos estadísticos a partir de encuestas realizadas a una muestra que representa a la población española de ambos sexos de 18 años o más. En este caso, la de las encuestas que realiza el CIS a través de los Barómetros periódicos u otros estudios concretos sobre la religiosidad de los españoles.
Resultados Obtenidos
Tabla 1: Identificación en materia religiosa de los españoles, serie 1975-2012.
Procedimiento metodológico
El objetivo principal del presente trabajo ha sido actualizar los datos respecto a la religiosidad y práctica religiosa de los españoles en los últimos diez años, es decir, desde el 2002 hasta el 2012. Para tal objetivo se ha buscado en la fuente original (Banco de Datos del CIS) que usaron los autores del capítulo 11: Religión y sociedad: la secularización de la sociedad española (Requena, 2008).
En la actualidad en el CIS, a través de su web: www.cis.es (A través del Banco de Datos: http://datosbd.cis.es/ciswebconsultas/main.htm), pueden consultarse tres series sobre la religiosidad de los entrevistados:
- Serie “Religiosidad del entrevistado I”- May.1978-Abr.1994
- Serie “Religiosidad del entrevistado II”- Oct.1994-Dic.1997
- Serie “Religiosidad del entrevistado VII”- Sep.1998-Mar.2012
La primera serie desglosa a los católicos entre “católicos practicantes” y “católicos no practicantes”. Las otras dos series[4], por el contrario, sólo recoge la categoría agregada de “católicos”. Por lo tanto, la última serie no es suficiente para actualizar el Gráfico 11.1 del manual, ya que Miguel Requena presta mucha importancia en la diferenciación entre los “católicos practicantes” y “católicos no practicantes” para obtener un indicador de la práctica religiosa (ortopraxis católica). Un indicador para explicar la forma de religión difusa a la que han tendido los españoles en las últimas tres décadas, lo que Miguel Requena denomina catolicismo nominal. “El católico nominal, aunque se define a sí mismo como católico, mantiene una identidad religiosa vaga, se desentiende de las formas tradicionales de devoción, no se implica en los rituales, es flexible desde el punto de vista dogmático y moralmente muy permisivo”.
Para poder seguir poniendo en perspectiva la intensidad de la práctica religiosa acudimos, al igual que hicieron los autores del Gráfico 11.1 original, a diversos estudios periódicos del CIS, sobre todo los barómetros y los específicos de religiosidad, que son los que se han indicado al principio de este documento. Se han actualizado los datos a partir de los resultados de la pregunta “En cuestión de religión, ¿se considera Ud.…?” donde se dan las siguientes opciones: Católico practicante/Católico no muy practicante/Indiferente/Agnóstico/No creyente o ateo/Creyente otra religión. Para seguir el gráfico de los “no religiosos”, se han agregado las frecuencias de Indiferente/Agnóstico/No creyente o ateo/.
No obstante, no en todos los estudios explorados se encontraba desagregada la categoría católicos entre “católicos practicantes” y “católicos no practicantes”. Así pues, se ha tenido que buscar en estos casos la siguiente pregunta: “¿Con qué frecuencia asiste Ud. a misa u otros oficios religiosos, sin contar las ocasiones relacionadas con ceremonias de tipo social, por ejemplo, bodas, comuniones o funerales?” y se ha tomado el mismo criterio que en el manual de considerar como católicos practicantes a todos aquellos que declaran asistir a misa algunas veces al mes o con una mayor periodicidad. Claro está, que en este caso los resultados obtenidos se han ponderado entre la relación de católicos y creyentes de otras religiones, para luego desagregar a los que los que manifiestan asistir a misa algunas veces al mes o más de la categoría de los católicos como “católicos practicantes”, y la diferencia: los “católicos no practicantes”.
Con este procedimiento descrito se ha podido completar la tabla y el gráfico de los datos que actualizan el Gráfico 11.1 hasta el presente año, 2012, y que aquí denominamos como Gráfico 2. Cambio en la religiosidad de los españoles, 1975-2012.
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Bibliografía
CORNWALL, M. (1989). “The Determinants of Religious Behavior: A Theoretical Model and Empirical Test”. Social Forces, 67.
DÍAZ-SALAZAR, R. (1993). “La transición religiosa de los españoles” en: Religión y sociedad en España, editado por R. Díaz-Salazar y S. Giner. Madrid. CIS.
DOBBELAERE, K. (2008). “La secularización: teoría e investigación” en: Religión y política en la sociedad actual. Coordinado por Alfonso Pérez-Agote y Jose Santiago (Eds.). Editorial Complutense.
GONZÁLEZ-ANLEO, J. M. (1999). “La religiosidad española: presente y futuro” en: La Iglesia en España (1950-200), editado por O. González de Cardenal. Madrid. PPC.
GONZÁLEZ-ANLEO, J. M. et al. (2010). Jóvenes españoles 2010. Ediciones SM.
REQUENA, Miguel. (2005). “The Secularization of Spanish Society: Change en: Religious Practice”. South European Society & Politics, en prensa.
REQUENA, Miguel. (2008). “Religión y sociedad: la secularización de la sociedad española” en: Tres décadas de cambio social en España. Coordinado por Juan Jesús González y Miguel Requena (Eds.). Alianza Editorial.
[1] La Tabla 1 y el Gráfico 2, así como parte de sus correspondientes interpretaciones, se han extraído del trabajo voluntario que realicé en la asignatura Estructura Social de España II de los planes de estudio de grado en Sociología en la UNED (Abril 2012). Se trató de actualizar los datos del Gráfico 11.1 Cambio en la religiosidad de los españoles, 1960-2002 del epígrafe La secularización de la sociedad española: la dimensión individual del capítulo 11: Religión y sociedad: la secularización de la sociedad española (Requena, 2008). Se completó la serie, que iba desde1975 a 2002, hasta el 2012. Véase la metodología empleada en este estudio en el Anexo I.
[2] Los datos del Gráfico 2 y el Gráfico 3 proceden de fuentes distintas, lo cual conviene advertir que podemos tener, como hemos visto, algún tipo de efecto de encuesta, por ejemplo, diferentes metodologías para recoger las autodefiniciones de religiosidad.
[3] Barómetro Marzo 2012 (Estudio CIS Nº 2935): el estudio más reciente a la fecha en la que se presenta este trabajo (Abril 2012) donde se pregunta a los entrevistados de la muestra sobre autodefinición en materia religiosa y la frecuencia con la que asisten a oficios religiosos a aquellos que se autodefinen católicos o creyentes de otras religiones.
[4] Lo que diferencia la serie II de la IV respecto a los que se consideran no religiosos es que la II engloba las categorías de “no creyentes”, “ateos” e “indiferentes”, mientras en la IV elimina la categoría de “indiferentes”.
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Interesantísimo artículo, muchas gracias por compartirlo.
Les dejo enlaces a algunos comentarios que quizá les puedan resultar interesantes.
Un saludo,
Jose.
Weber
Ensayos sobre Religión.>/a>
Jesús Mosterín, historia de religiones – judaísmo, cristianismo, Islam, etc.
En mi mensaje anterior, los enlaces no eran correctos:
Weber
Ensayos sobre Religión.
Jesús Mosterín, historia de religiones – judaísmo, cristianismo, Islam, etc.
<a href="http://josearnedo.blogspot.com"Una Línea de Ensayos.
Un saludo,
Jose
Autor
Estimado Arnedo:
Nada más me hace más ilusión saber que hay gente a los que mis artículos les resulta interesantes y útiles. Mucha gracias por los enlaces que me aporta. Como nota curiosa, y en relación con la temática de este artículo, el cambio religioso en España, recientemente el CIS tuvo un lapsus en el avance del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de noviembre; dejó a España sin ateos, pero poco después reconocieron que se trataba de un “error”, y lo corrigieron. En realidad un 9% de la población niega la existencia de Dios.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/12/05/actualidad/1354731882_203911.html
También he sabido hace poco que el CIS ha publicado el nuevo libro de uno de los sociólogos especializado en la religión, Alfonso Pérez-Agote: “Cambio religioso en España: los avatares de la secularización”. Seguramente en este libro podremos encontrar cosas bastante más actuales. La próxima vez que pase por el CIS, no dejáre de hacerme con un ejemplar, tiene buena pinta.
http://libreria.cis.es/libros/cambio-religioso-en-espana-los-avatares-de-la-secularizacion/9788474765960/
Un saludo muy afectuoso.
Rubén Crespo
Muchas gracias, seguiremos en contacto,
Un saludo,
Jose.
Muchas gracias Rube.
Es un placer haber leido un artículo basado en la secularización de la sociedad con gran cantidad de datos objetivos (barómetros del CIS) y condensados en gráficas de elaboración propias.
Lo único que me gustaría es obtener una aclaración por su parte debido a los enlaces titulados “Serie “Religiosidad del entrevistado I”- May.1978-Abr.1994” y siguientes. Dichos enlaces no funcionana correctamente o la página web del CIS ha cambiado o eliminado.
Respecto al resto, gracias y un saludo.
Raúl.
Autor
Querido Raul:
Muchas gracias ante todo por tus amables palabras y por el interés en mi artículo. Respecto a los enlaces de las series del CIS utilizadas (Series “Religiosidad del entrevistado”: I – May.1978-Abr.1994; II – Oct.1994-Dic.1997; y VII – Sep.1998-Mar.2012) es verdad que cuando lo he ido a comprobar no funcionaban, pero una vez realizado el acceso a través del Banco de Datos del CIS, con el simple acceso a una de ellas el resto de enlaces funcionaban ya. Me temo que esto es porque una vez que accedes al Banco de Datos del CIS, automáticamente se debe guardar alguna cookie en el ordenador que hace que los enlaces funcionen, pero si se intenta acceder desde otro no, con lo cual creo que la urls de las series, al depender de una estructura interna de la Base de Datos del CIS, no son válidas para un acceso directo. Por ello he retirado los enlaces. Para consultar las series lo mejor es ir directamente a la Base de Datos del CIS y realizar la búsqueda allí: http://datosbd.cis.es/ciswebconsultas/main.htm Luego se accede a “Series” y en “Busqueda de Series” en los “Criterios de Búsqueda” buscas en “Temas”: “F104..RELIGIÓN” (los demás campos los dejas vacíos), y en los “Resultados de la Búsqueda” encontrarás las series que he empleado y otras más. También se puede consultar los datos de la variable religiosa en los barómetros concretos que he empleado y que viene en la cabecera de las tablas que he construido. El problema de este último método es que es más laborioso porque hay que consultar uno a uno todos los barómetros empleados y buscar la Pregunta-Variable en cuestión.
Espero haber despejado tus dudas.
Un cordial saludo.
Rubén Crespo
Hola de nuevo Rubén.
Muchas gracias por su rápida y útil respuesta. He segido sus pasos tal y como lo había indicado y los he encontrado.
Desconocía que el CIS tubiera agrupada este tipo de información y menos aún, resumida en gráficas. Llevaba tiempo comprobando estos datos pero utilizando un sistema más rudimentario, viendo barómetro a barómetro, algo tediosos.
Un saludo y a mi también me alegra encontrar este tipo de trabajo de investigación.
Raúl Benítez.
Muchas gracias por compartir su excelente artículo dedicado al cambio religioso en España. Estoy escribiendo un ensayo sobre el futuro arquitectónico y de la Iglesia, por el cual necesito muchos datos, que su artículo me ha proporcionado. Un abrazo.
Autor
Apreciado Victor:
Gracias a ti por la muestra de tu gratitud. De verdad, que me alegra saber que algunos de mi trabajos que de forma voluntaria, vocacional más bien, comparto aquí, sean de verdadero interés y utilidad para otros como tú, Víctor.
Mucho ánimo con ese ensayo.
Un abrazo.
Rubén Crespo
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