50 sociólogos esenciales. Los teóricos formativos

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50 sociólogos esenciales:

los teóricos formativos

John Scott (ed.)

Cátedra, 2013

Continuando la estela de libros provechosos como Siete teorías de la sociedad (2002), Cincuenta pensadores contemporáneos esenciales (2010) o Diez teorías de la naturaleza humana (2010), por citar algunos de la «Colección Teorema», Cátedra nos trae de nuevo un libro que no puede faltar en la biblioteca de los estudiosos de la teoría sociológica: Cincuenta sociólogos esenciales: los teóricos formativos (2013), traducido por María Elena Fernández-Miranda-Nida del original Fifty key sociologists: the formative theorists (2007).1

Cincuenta sociólogos esenciales resultará útil a los que se acercan por primera vez a la sociología, tanto a los que lo hacen desde ámbitos académicos (estudiantes de sociología) como para los que lo hacen desde ámbitos no formativos, por mera curiosidad, por ejemplo, sobre los orígenes de la sociología. También para los egresados de las titulaciones universitarias de Sociología o de otras disciplinas afines como la Antropología  o Psicología Social, que tal vez encuentren interesante algún autor (o autora) del que no supieron casi nada en su etapa formativa.

En los planes de estudio de Sociología, así como en la mayoría de los manuales introductorios de sociología, se suele considerar como padres-fundadores de la sociología a Aguste Comte, Herbert Spencer, Emile Durkheim y a Max Weber. En la mayoría de los casos Saint-Simon es denominado como precursor más que como fundador. Para considerar a Karl Marx como padre fundador de la sociología ha habido menos consenso; esto se debe a que la obra de Marx ha incurrido en muchos campos: la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía. No obstante, se considere a Marx como padre-fundador o no, el legado de Marx ha sido –y sigue siendo– muy amplio en el desarrollo de la teoría sociológica posterior, la denominada teoría neomarxiana (El Marxismo hegeliano de Georg Lukács y Antonio Gramsci; la Teoría crítica en la que se insertan autores como Jürgen Habermas, Sociología económica neomarxista, el Marxismo de orientación histórica, la Teoría postmarxista). Pero ¿no podrían entrar en la categoría de “padres fundadores de la sociología” otros autores como Tocqueville, Pareto, Simmel u otros tantos?

La anterior cuestión cae irremediablemente en la persistente indeterminación de los criterios para delimitar el campo temático de la sociología, la que confunde la historia de la sociología con la propia teoría sociológica. Ya lo dijo Robert K. Merton: “las ciencias sociales en general, con la creciente excepción de la psicología y de la economía, tienden a fundir la teoría actual con su historia, en un grado mucho mayor de lo que lo hacen ciencias como la biología, la química o la física”.2

Si nos centramos en cómo surgió la nueva disciplina de la sociología y quiénes fueron los que más contribuyeron –o más influencia tuvieron– para forjar los pilares de una nueva forma de aproximarse y comprender la realidad social, en este caso estaremos en el marco analítico de la historia de la sociología, y parece razonable usar criterios patri-fundacionales. En este sentido, resultará interesante saber que Comte fue el primero en utilizar el término “sociología” y que ejerció notable influencia en Spencer y Durkheim; que la teoría de la evolución de las sociedades de Spencer tuvo gran éxito al principio, pero luego fue rechazada porque se consideró que caía dentro del darwinismo social; que Durkheim legitimó la sociología en Francia, sobre todo a raíz de sus obras: Las reglas del método sociológico (1895) y El suicidio (1897), y que tuvo una gran influencia en la corriente sociológica posterior del funcionalismo estructural de Talcott Parsons; que de Max Weber se dice que ha sido la figura más influyente en la teoría sociológica, y que su obra, al ser tan extensa y variada, ha sido objeto de tantas interpretaciones que su influencia se ha hecho notar en el funcionalismo estructural, la teoría del conflicto, la teoría crítica, el interaccionismo simbólico, la teoría de la elección racional, la etnometodología..

Es posible –tal y como sostienen algunos autores– que la sociología aún no esté en la posición de olvidar las obras de sus fundadores tal como parecen haberlo hecho otras ciencias como la física o la biología. En otras palabras, para las ciencias sociales, entre ellas la sociología, el conocimiento directo de sus fundadores representa un gran papel todavía en comparación con la física o la biología. Podemos decir que la sociología, antes de encontrar a su Einstein, tendrá que encontrar a su Newton. Sin embargo, en las últimas décadas, aunque todavía no tenga ninguna celebridad extensamente conocida más allá de sus fronteras como Newton o Einstein, la sociología ha superado en gran parte esta obsesión. Lejos de las excesivas pretensiones iniciales de Comte y de la Gran Teoría de Parsons que pudiera explicar el todo y las partes de todo lo que acaece en la sociedad, la sociología ha abandonado la práctica escolástica, se ha centrado en objetivos menos pretenciosos –teorías de alcance intermedio, a las que tanto se refirió Merton–, y ha logrado en los últimos años producir una  gran cantidad de trabajos teóricos y empíricos que abarcan un sinfín de parcelas de la realidad social en las que ha dejado constancia de suficientes evidencias científicas merecedoras de atención desde otros campos del conocimiento.

Si bien es preciso diferenciar entre historia y la sistemática teórica, la sociología sigue recorriendo caminos de ida y vuelta en su historia para rellenar muchas de las discontinuidades de su teoría. Muchas cosas fueron dichas en la época fundacional de la sociología que se dejaron en el olvido, no sólo por los que han sido considerados como padres fundadores, sino por muchos otros autores de la época a los que se subestimó y cuyas obras, en su redescubrimiento, han sido fundamentales para dar continuidad a anteriores teorías y para formular otras nuevas. Desde esta perspectiva, antes que “clásico”, resulta más propio usar el término “formativo” –como nos sugiere John Scott– para referirse a los teóricos (tanto a los se han etiquetado como padres fundadores como a otros tantos contemporáneos que han recibido recientemente más atención de la que tuvieron en su momento) que contribuyeron a “la formación de un cuerpo distintivo de teoría social e investigación social” en el periodo en que la sociología comenzaba a situarse como una disciplina diferenciada. Desde luego, para comprender realmente toda la potencialidad de la teoría sociológica del “periodo formativo” y la la influencia que tiene en la sociología contemporánea, una lista con cincuenta teóricos esenciales hace más justicia que la simplificada lista de cuatro a seis padres fundadores.

El “periodo formativo” comprende la mayor parte del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. No todos los teóricos sociales de este periodo estuvieron de acuerdo unos con los otros, pero si tuvieron en común la preocupación de establecer unas estructuras disciplinarias en las cuales se produjera un debate teórico y nuevas formas de conocimiento para aproximarse y estudiar la realidad social.

No hay que confundir la teoría sociológica con la teoría social. No obstante, la sociología, al surgir en un “periodo formativo”, desempeñó un nuevo enfoque para el desarrollo de formulaciones más generales de la teoría social. La teoría social se ha desarrollado también en ciencias sociales como la geografía, la ciencia política, la psicología social, etc. Así, Scott justifica la inclusión en la lista de algunos teóricos que se consideran fuera de la propia sociología. En Cincuenta sociólogos esenciales se ha añadido una selección de científicos políticos, antropólogos, psicólogos, lingüistas y otros que tuvieron especial importancia en la construcción de debates formativos de los cuales surgió la nueva disciplina de la sociología.

La sociología es mucho más que una simple teoría social. “Los sociólogos formativos estuvieron comprometidos con una investigación empírica y en una reforma social, así como en una teoría social”. Por ejemplo, Jane Addms (fundadora del movimiento social de asentamiento de viviendas en Chicago), Charles Booth, Seebohm Rowntree (investigadores de la pobreza) , Helen Bosanquet (especialista en trabajo social) y W.E.B. DuBois (el activista de color), tuvieron mucho peso en la creación de la sociología. “Un área que debe tenerse en cuenta dentro de una tradición de pensadores sociológicos −según Scott− es el marxismo: desde el propio Marx hasta Georg Lukács y el trabajo más académico de Theodor Adorno y Herbert Marcuse”.

Para elaborar la lista de los Cincuenta sociólogos esenciales, John Scott realizó varias consultas a sus colegas profesionales en el Departamento de Sociología de la Universidad de Essex de gran Bretaña. Se les pidió que votaran sobre quiénes debían quedar definitivamente incluidos en la lista. La lista general se dividió al final en dos listas: una con los teóricos “formativos” y otra con los “contemporáneos”. La primera es la que ocupa este libro que aquí se reseña; la segunda se incluye en Fifty key sociologists: the contemporary theorists, y para que la que esperemos que Cátedra publique pronto la traducción al castellano en «Colección Teorema».

Junto a John Scott (Catedrático de Sociología en la Universidad de Essex) han participado en la elaboración de este libro más de una treintena de colaboradores cuya firma aparece al final de la entrada de cada teórico de la lista. A continuación se redacta la lista de los cincuenta que han sido incluidos:

Cincuenta sociólogos esenciales: los teóricos formativos

Jane Addams Lewis Morgan
Theodor Adorno Gaetano Mosca
Charles Booth Gunnar Myrdal
Helen Bosanquet Vilfredo Pareto
Auguste Comte Alfred Radcliffe-Brown
Charles Cooley Seebohm Rowntree
Oliver Cox Ferdinan de Saussure
W.E.B. DuBois Max Scheler
Émile Durkheim Alfred Schutz
Edward Evans-Pritchard Georg Simmel
Sigmund Freud Albion Small
Antonio Gramsci Werner Sombart
Ludwig Gumplowicz Pitirim Sorokin
Maurice Halbwachs Herbert Spencer
Leonard Hobhouse William Sumner
Fréderic Le Play Gabriel Tarde
György Luckács Alexis de Tocqueville
Bronislaw Malinowski Ferdinand Tönnies
Karl Mannheim Edward Tylor
Herbert Marcuse Thorstein Veblen
T.H. Marshall Lester Ward
Harriet Martineau Lloyd Warner
Karl Marx Beatrice Webb
Marcel Mauss Max Weber
George Herbert Mead Florian Znaniecki

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Si desea adquirir un ejemplar, puede hacerlo en el siguiente enlace:

Cincuenta sociólogos esenciales: los teóricos formativos

 

NOTAS
  1. Scott, John (2007) Fifty key sociologists: the formative theorists. London; New York: Routledge. []
  2. Merton, Robert King (2002) Teoría y estructura sociales. México: Fundación de Cultura Económica. p.17. []

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5 comentarios

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    • Alejandra Olivieri en 17 marzo, 2019 a las 16:46
    • Responder

    Max Weber??

    • Rubén Crespo en 17 marzo, 2019 a las 21:10
    • Responder

    Sí está

    • Jose Manuel Buitrago en 2 julio, 2019 a las 2:54
    • Responder

    Se nota que hicieron este análisis dentro de unos cánones meramente eurocéntricos.

    • Marcelo Casal en 29 agosto, 2019 a las 13:38
    • Responder

    Claramente eurocentrico.

    • Juan José Sarmiento Guardia en 28 abril, 2023 a las 16:01
    • Responder

    INTERESANTE LA COMPILACIÓN, SOBRE TODO EUROCÉNTRICA. ¿QUÉ OCURRE CON GENERACIONES DE SOCIÓLOGOS DE ASIA, , CHINOS, JAPONESES, INDUES ETC.? . Y LOS LATINOS?. HE….QUE PASA?
    AMPLIÉN SU VISIÓN.

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